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Fallaron las lluvias de fin de
año, proyectan una baja de los rindes del maíz y hay temor por la soja
Pilar Vazquez
lanacion.com.ar
Las últimas lluvias fallaron en la región agrícola núcleo y la situación
de la campaña agrícola 204/25 comienza a complicarse. Así lo advirtieron los
productores agropecuarios, quienes en dialogo con LA NACION señalaron que, desde
diciembre, las precipitaciones han sido escasas. Con el aumento de las temperaturas y los
perfiles de humedad que aún no se han recuperado por completo, los cultivos comienzan a
mostrar signos de estrés. Los especialistas estiman pérdidas de entre un 10% y un 30% en
los rendimientos en maíz de primera, mientras que la situación de los lotes de soja de
segunda también es preocupante, con plantas que ya están comenzando a secarse. Ante este
panorama, manifestaron la necesidad urgente de lluvias en los próximos días para evitar
que la situación empeore y las pérdidas sean aún mayores.
Este deterioro de las condiciones climáticas en la Argentina para el agro también
repercute en el mercado internacional de granos que hoy reaccionaron con una recuperación
de los precios de la soja en Chicago, el mercado de referencia para las commodities
agrícolas.
Eugenio Irazuegui, analista de la firma Zeni, señaló que los pronósticos de corto
plazo indican un ambiente más caluroso, especialmente en el centro y norte del país.
Además, se espera una disminución en las lluvias, tanto en frecuencia como en
acumulados, para lo que queda de la primera quincena del mes. Este panorama influyó
en las cotizaciones de la soja, que registraron hoy una leve suba de hasta US$3,70 por
tonelada en Chicago. Durante la apertura, las alzas llegaron a rozar los US$6 por
tonelada, pero luego se moderaron, ubicándose actualmente en US$363,67 por tonelada.
Respecto de la cuestión climática, Florencia Poeta, analista de la Bolsa de Comercio de
Rosario (BCR), explica que la transición del invierno a la primavera fue seca, pero que a
mediados de octubre y noviembre hubo buenas lluvias, pero que esta tendencia se cortó en
diciembre y las precipitaciones comenzaron a ser erráticas. Esto, junto con
factores como la alta demanda atmosférica, generó condiciones de escasez hídrica y
sequía en la mitad del territorio, señaló.
Las regiones con más problemas son el extremo sur de Santa Fe y el noreste de Buenos
Aires, donde la situación es mas crítica porque las lluvias de diciembre
fueron casi nulas. La media habitual de la zona ronda los 110 milímetros, y en algunas
localidades apenas se registraron 35 milímetros. Esto, advirtió, complicó el desarrollo
de los cultivos, especialmente el maíz temprano, que atraviesa su periodo crítico sin
lluvias. Al principio, hubo una buena recarga hídrica que permitió un buen
desarrollo de los maíces, con buen porte y mucha materia verde. Sin embargo, como el
suministro de agua se cortó, se volvió complicado para la planta mantener esa materia
verde. Por ese motivo, los cultivos empezaron a estresarse, explica.
Aunque los asesores no saben exactamente cuánto disminuirán los rendimientos, estiman
que la pérdida podría ser de entre un 10% y un 30%. Además, algunos lotes,
especialmente de soja, no se pudieron sembrar debido a la falta de agua. Se esperaba que
lloviera en Navidad y Año Nuevo, pero no ocurrió, lo que impidió sembrar esas áreas.
También hay un 10% de lotes que sí se sembraron, pero con la esperanza de que lloviera
en esas fechas, lo que no sucedió.
En tanto, respecto a la soja sembrada previamente, Poeta detalla: Los productores
nos comentan que aún no tienen preocupación por el hecho de que no están en período
crítico, pero que por delante en estos días necesitarán agua para que no se empiecen a
resentir. No ha llovido tampoco en estos días y estamos siguiendo muy de cerca la
situación.
Está complicado, erraron las últimas tres lluvias, ya venimos justos de
precipitaciones y se empezó dificultar bastante el panorama, relata el productor
Rubén Hugo Airet del partido bonaerense de Rojas. Detalla que el maíz temprano que
sembró en septiembre está bastante bien, pero se prevé una merma en el rendimiento
debido a la falta de agua. Si el rendimiento era de 100 a 120 quintales, ahora no va
a llegar. Si llueve en el corto plazo, podría llegar a dar 90 quintales, explica.
En cuanto a la soja, las de primera están respondiendo bien, mientras que las de segunda,
que se lograron sembrar con humedad, están resistiendo adecuadamente. Sin embargo, las
que se sembraron con poca humedad, debido a la falta de lluvias, se secaron.
Nosotros tenemos dos o tres lotes que tuvimos que resembrar porque se secaron, pero
son lotes puntuales y no de muy buena calidad, dice.
En San Nicolás, la situación también es crítica. Fernando Parodi, productor
agropecuario de la zona, maneja un total de 1000 hectáreas, de las cuales un 30% son de
producción propia y el resto está arrendado. La tormenta del 1° de enero falló,
al igual que la del 22 de diciembre. No pudimos terminar de recomponer el perfil de
humedad para poder pasar los primeros días de enero, y ahora todo está complicado,
comenta. Según Parodi, la soja de primera puede resistir algo más, pero los sorgos ya
están siendo atacados por pulgones y los maíces comienzan a reabsorberse. Ya han
comenzado a perder hojas basales, y si sigue así, se va a reabsorber la espiga. O, lo que
es peor, habrá una merma del 20% en el maíz, señaló. El productor está
esperando lluvias para los cultivos de soja de primera y sorgo. Si sigue así, con
estos calores y sin lluvias en los próximos 15 días, habrá una merma de rendimientos
muy grande. Hay una posibilidad de que llueva, pero estamos esperando, afirma.
Parodi agrega que si las lluvias llegan antes del 15 de este mes, podrían apuntar a un
año de producción por debajo de lo normal, pero si no llueve, el problema será aún
mayor. La última vez que llovió fue el 7 de diciembre, recuerda.
Jorge Josifovich, productor y asesor de Pergamino, destacó que las lluvias no han caído
de manera uniforme a lo largo del año, lo que hace que los milímetros absolutos no
reflejen la realidad de la capacidad de campo actual. Hay una altísima demanda
ambiental. Aunque las temperaturas no han sido extremas este diciembre, la irradiación
solar y los vientos han elevado la demanda de agua, dejando todo muy seco, explica.
En cuanto a los cultivos, señaló que el maíz de primera se verá afectado por la falta
de agua, lo que impactará en el llenado de granos y el peso de mil. La soja de primera
sigue indefinida, pero si se revierte el régimen de precipitaciones y empieza a llover,
se podría obtener un rendimiento aceptable, aunque no récord. La soja de segunda,
en cambio, está muy castigada y es la más perjudicada porque, tiempo que pasa, tiempo
que le resta a generar planta, concluyó.
Los cultivos en la zona de Junín comienzan a mostrar claros síntomas de estrés
hídrico, especialmente en las cabeceras, entradas y bajos de los lotes, advierte
Alejandro Acevedo, productor agropecuario y asesor en la zona noroeste de Buenos Aires, en
las localidades de Junín, Chacabuco y General Arenales. señaló que la situación se
complica aún más con la previsión de 15 a 20 días sin lluvias y altas temperaturas, lo
que incrementa la demanda de humedad en los cultivos.
Las sojas de segunda, aunque tienen una baja demanda de agua, se encuentran en buen
estado, pero no tienen reservas hídricas. Por otro lado, las sojas de primera están a
punto de ingresar en su período crítico, y ya enfrentan la falta de humedad. En
relación al maíz, los lotes sembrados en septiembre son los que mejor resistieron las
condiciones, pero ahora atraviesan un período con malas temperaturas y humedad. Los
maíces sembrados después de la lluvia de octubre ya han superado la mitad de su período
crítico en condiciones desfavorables, mientras que los tardíos, que aún no florecieron,
pasarán su período crítico entre fines de enero y febrero, por lo que aún es temprano
para evaluar su evolución, concluyó Acevedo.
En Venado Tuerto, Noelia Castagnani, presidenta de la Sociedad Rural local, señaló que
el maíz temprano está en buenas condiciones gracias a lluvias oportunas durante su
período crítico. Sin embargo, advierte que la soja de primera necesitará lluvias hacia
el 17 de enero para mantenerse en carrera, mientras que la soja de segunda ya sufre
estrés térmico. La soja de segunda, en cambio, ya sufre estrés térmico y demora en su
desarrollo, mientras que los maíces tardíos, en pleno crecimiento, necesitan sí o
sí unos 50 o 60 milímetros en las próximas semanas para evitar mermas en el
rendimiento. Agregó que la soja de primera tuvo problemas iniciales con el poder
germinativo, pero el crecimiento fue muy bueno y, salvo aplicaciones puntuales
por plagas, el cultivo está sano aunque requiere lluvias en los próximos
días para mantenerse.
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