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En 2024 habrá un salto del 49% en las exportaciones agrícolas y llegarán US$34.507
millones
Mariana Reinke
lanacion.com.ar
Con un pronóstico climático favorable para los meses que vienen, marcado por
el fenómeno de El Niño, en la nueva campaña 23/24 el campo aportará
US$34.507 millones en divisas por exportaciones a la economía argentina. Representa un
aumento en las ventas al exterior del 49%, US$11.315 millones más que el ciclo anterior.
Al mismo tiempo, se incrementará la recaudación fiscal a US$14.053 millones, un 50%
más, y el valor agregado a US$36.647 millones, un 51% adicional. Habrá una mejora
equivalente a 1,9 puntos del PBI.
Así lo destacó Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires,
durante el lanzamiento de la Campaña Gruesa que realizó la entidad en su
sede. Según dijo, son 134 millones de toneladas proyectadas para esta campaña que
se traduce en un 70% de incremento respecto a la campaña anterior.
En detalle, habrá un incremento del 138% en producción de soja, un 62% de maíz y un 40%
para el sorgo. Solo el girasol tendrá un retroceso del 10,4%.
La mejora de la producción producirá un ascenso a 50 millones de toneladas para soja, a
55 millones de toneladas para el maíz y unos 3,5 millones de toneladas para el sorgo. El
girasol aportará unos 4,3 millones de toneladas.
En este contexto, Costa realizó un análisis de los múltiples fenómenos que
introdujeron incertidumbre en los mercados en la historia reciente, desde la crisis
financiera de 2008, la paralización de las negociaciones en la OMC, la guerra comercial
entre EE.UU. y China, el Brexit, la gripe porcina africana, la guerra entre Rusia y
Ucrania, la pandemia de COVID-19, entre otros.
Este contexto, sin embargo, no fue suficiente para evitar que el productor argentino
siga enfrentando políticas adversas como la existencia de altos derechos de exportación
y otras medidas que afectan -y han afectado- al comercio de granos, dejando al país en
una significativa desventaja frente a sus principales competidores.
Evolución de las exportaciones y efectos de los precios internacionales
Según las estimaciones de la entidad, habrá una superficie total con los principales
cultivos de verano en 27,4 millones de hectáreas; lo que impactará en un marcado
aumento del volumen de cosecha, traccionado principalmente por soja y maíz, que
resultaría en un incremento del aporte de las cadenas de dichos cultivos a la economía
argentina.
Los números de la campaña 2023/2024
La distribución de la superficie sembrada será: 17,1 millones de hectáreas para soja,
7,3 millones de hectáreas para maíz, 2,1 millones de hectáreas para girasol y 0,9
millones de hectáreas para sorgo, registrando un incremento interanual para soja
del 5,6%, para maíz del 2,8% y una disminución en girasol del 13,6 % y del sorgo
del 5,3%. En un escenario donde mejora la soja, para el organismo se evidencia la
recuperación tras la campaña pasada en la que se perdió el 40% de la producción
agrícola.
Si a la campaña 2023/2024 se suma el trigo ya sembrado [5,9 millones de hectáreas según
la entidad], en ese caso la superficie total del ciclo ascenderá a 34,55 millones de
hectáreas, un avance del 1,2% versus la temporada 2022/2023.
Según el experto, el incremento de divisas se da por el valor que tienen las commodities
a nivel internacional y no por más producción. Solamente estamos recuperando,
aunque recuperarse ya es un montón para nuestra economía. Esa es la buena noticia. Pero
estamos con precios excepcionalmente altos y no podemos pensar que en realidad esto se va
a mantener siempre en el tiempo. Buena parte de todo el crecimiento y esos dólares que la
Argentina tanto necesita son fruto, no de cantidades, sino de precios. Y si algo podemos
hacer como sector es incrementar las cantidades y las condiciones dan para ello. Porque
con lo que no podemos hacer nada es con los precios: los precios internacionales vienen de
afuera, vienen dados y después bajan, expresó.
La Argentina no solo está debajo de grandes países exportadores y competidores
sino que, además, está debajo del promedio mundial. Claramente, el país está perdiendo
el market sharing (participación en el mercado mundial en términos de cantidades). Cada
vez estamos siendo menos dinámicos, añadió.
En este sentido, indicó que la cadena agroindustrial comienza así una nueva
temporada con desafíos financieros y económicos, en un contexto electoral que añade
incertidumbre respecto de variables claves de la economía.
En relación al escenario climático, en las últimas semanas comenzaron a recibirse
lluvias en distintas zonas del área agrícola, señalando que durante la primavera
El Niño se activará, manteniendo su acción hacia finales del verano. Este
proceso beneficiará a la mayor parte del área agrícola del Cono Sur, haciendo que la
marcha del clima evolucione hacia una tendencia en las precipitaciones de normal a
superior a lo normal, con mayores aportes pluviales y con un régimen térmico menos
extremo que durante la prolongada sucesión de eventos adversos que precedió.
Con una perspectiva a largo plazo, el experto habló de los resultados de un estudio
realizado por la Fundación INAI sobre el Escenario de Referencia Agroindustrial Mundial y
Argentino (Erama) 2032/2033. Podemos alcanzar hacia 32/33 un volumen producido de
155 millones de toneladas en un escenario de continuidad de políticas, o uno de 188
millones de toneladas de contar con mejores políticas agropecuarias, dijo Costa.

La necesidad del sector agropecuario de tener menos trabas para
producir
La Argentina podría duplicar y casi triplicar su tasa de crecimiento, con muy poco,
simplemente con cambios de políticas, con políticas más normales. En la actualidad, el
país tiene muchas restricciones y, en un contexto económico complejo, el agro podría
ser un gran factor de crecimiento solo con menos desincentivos. El agro no necesita
subsidios del Estado, solo necesita menos restricciones para producir, finalizó.



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