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Pese a los vientos a favor,
la ganadería aún no logra impulsar una fase clave: la retención
infocampo.com.ar
Tras un inicio de año con una tendencia a moderar el nivel de actividad,
abril volvió a marcar un incremento en la cantidad de animales faenados de más del 4%
respecto de lo registrado un año atrás, alcanzando un total de 1.121.173 vacunos
sacrificados en el mes.
Se trata de un indicador clave para la ganadería, sobre todo proyectando lo que puede
pasar con los stocks.
Así, en el transcurso del primer cuatrimestre, el total faenado alcanzó los 4.327.486 de
cabezas, prácticamente sin cambios respecto de lo registrado un año atrás cuando, hasta
el mes pasado, se lograba acumular una reducción de más de 2 puntos porcentuales.
Este quiebre de tendencia no es menor si consideramos que el año pasado, con una
faena anual de casi 14 millones de animales, perdimos más de 1 millón de cabezas de
nuestro stock y un año antes, en 2023, con 14,5 millones de animales faenados, la caída
del stock fue de casi 1,5 millón de cabezas, sostiene el último informe del
Rosgan.
Sin embargo, la sorpresa no se genera tanto por la magnitud del cambio, -el cual aún es
incipiente para extrapolarlo a lo que podría ser el recorrido de todo un año- sino por
las condiciones bajo las cuales se produce este aumento.
En este sentido, tanto desde lo climático -con condiciones y perspectivas hasta el
momento muy favorables a la producción- como desde el plano económico, frente a un
escenario mucho más estabilizado y valores sumamente atractivos para la actividad,
podríamos esperar un comportamiento mucho más proclive a la retención de hacienda o, al
menos, a una estabilización de los niveles de extracción.
Ganadería: representación y datos
En números generales, el nivel de faena de equilibrio se encuentra
íntimamente asociado a la tasa de procreo y destete logrado cada año, por supuesto,
asumiendo condiciones normales en cuanto a la mortandad natural de animales,
aseguran los especialistas.
Por lo tanto, sabiendo que este año -según las cifras de stock reportadas al 31 de
diciembre pasado- la cantidad de terneros y terneras logrados fue de 14,6 millones de
cabezas, descontando un porcentaje de mortandad en torno al 1,5% del rodeo, -es decir,
aproximadamente unos 750 mil animales entre todas las categorías-, la faena o extracción
que admitiría el rodeo nacional no debería exceder los 13,8 a 14,0 millones de cabezas,
a menos que se logre crecer significativamente en producción de terneros.
Según el Mercado Ganadero de Rosario, a este ritmo, ya se estaría excediendo en 4 puntos
porcentuales dicho nivel. Desde el punto de vista climático, si bien aún no ha comenzado
a transitar el invierno, por las condiciones vigentes, así como por las perspectivas a
mediano plazo, no debería generarse una fuerte necesidad de descarga de los campos
durante los próximos meses, más allá de lo que naturalmente sucede todos los años.
En el caso de las vacas, recién a partir de este mes de mayo se podría
ver una mayor salida de este tipo de hacienda, para intensificarse durante los meses de
junio, julio y agosto.
Menos vacas a faena
Hasta el momento, en este primer cuarto del año, la cantidad de vacas que se están
enviando a faena cae un 13% respecto del año pasado. Sin embargo, la cantidad de vientres
jóvenes que se están faenando es lo que precisamente sorprende frente al contexto
mencionado.
De enero a abril, se enviaron a faena cerca de 1,3 millones de vaquillonas, un 7% más que
lo registrado en igual período de 2024, cuando todo el año se alcanzó un récord de 4
millones de cabezas faenadas y, consecuentemente, perdimos del stock unas 185 mil cabezas.
En hembras, esa tasa de extracción de equilibrio, es decir, el nivel de faena que
mantiene sin cambios el stock general, es algo más complejo de medir dado que depende no
solo de la cantidad de terneras que nacen en un año sino también del porcentaje de
reposición con el que se trabaje, esto es, la cantidad de hembras que se reservan para
reemplazar futuros vientres, dicen en el Rosgan.
Pero, en definitiva, si en los últimos dos años la cantidad de terneras logradas no ha
variado, ese primer eslabón de reposición está indicando que la extracción de
vaquillonas para carne no debería seguir creciendo, por el contrario, debería bajar
respecto de lo registrado en los dos últimos años para evitar nuevas pérdidas del
stock.
Engorde y faena
Lo mismo sucede con los machos, con la simplicidad de que prácticamente todo el stock
termina en un ciclo de engorde y faena, excepto una muy pequeña proporción de machos
enteros que se reservan con destino a reproducción.
En este caso, el dato a observar es la edad de faena y el peso promedio de esos animales,
dado que cuantos más kilos se logren por animal sacrificado, mayor es la eficiencia
productiva del stock. Al igual que las hembras, en números generales, la cantidad de
machos que se faenaron en los primeros cuatro meses prácticamente no presenta cambios con
relación al año anterior.
No obstante, la faena de novillos, 357 mil cabezas, crece un 10% interanual, pero,
contrariamente a lo deseable, el mayor crecimiento se da en novillos más jóvenes y
livianos (6 dientes), algo que no termina de alinearse con los patrones que demandaría un
ciclo expansivo de producción; máxime en un año donde la estabilidad económica y la
oferta forrajera lo permitirían.
Un mercado a favor de la retención
Por otra parte, en términos económicos, los valores actuales de la hacienda también
favorecen a un proceso de retención. Hoy, el criador, vendiendo la misma cantidad de
terneros, obtiene en dólares entre un 25% y un 30% más que el año pasado y, vendiendo
la misma cantidad de vacas vacías, obtendría ingresos por un 20% más.
Del mismo modo, el invernador o engordador, vendiendo la misma cantidad de animales
terminados para faena, obtiene este año un 12% más en dólares por sus novillitos, un
17% más si vende novillos y un 18% por sobre lo ingresado el año pasado si lo que vende
es vaquillonas.
La pregunta entonces es qué está sucediendo dentro de la estructura de la empresa
ganadera que, con buen clima, un contexto macroeconómico mucho más ordenado y
previsible, sumado a los muy buenos valores que ofrece la hacienda, no se está pudiendo
visualizar el inicio definitivo de la tan esperada fase de retención.



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