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Nueva campaña: las
exportaciones de trigo y cebada podrían aportar US$4225 millones, un salto del 15%
Pilar Vazquez
lanacion.com.ar
La campaña de granos finos 2025/2026, que se iniciará en mayo próximo con
la siembra de trigo y cebada, tendrá un aumento del 8% en la producción total de ambos
cultivos y generará exportaciones por US$4225 millones, lo que representa un salto del
15% respecto al ciclo anterior. Todo esto en un escenario que se perfila como un récord
histórico de área sembrada entre los dos cereales.
Así lo señaló hoy la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe de precampaña.
Según el trabajo, el trigo tendrá un crecimiento del 6,3% en el área sembrada, a 6,7
millones de hectáreas y con una producción estimada de 20,5 millones de toneladas
(+10,2%). En tanto, la cebada mantendrá la superficie en 1,3 millones de hectáreas, con
una cosecha que de 5,1 millones de toneladas, un 2% más que el ciclo anterior. El trigo y
la cebada aportarán una recaudación fiscal de US$1257 millones, un 11% adicional al
último ciclo.
La Argentina está muy bien posicionada este año para encarar una buena campaña
fina, afirmó Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa. Señaló que las
condiciones climáticas actuales son incluso mejores que las de la campaña pasada, que ya
había sido positiva. Si comparamos con el mapa de abril del año pasado, claramente
estábamos en una situación peor, dijo al destacar que las lluvias de las últimas
semanas recompusieron el perfil de humedad en las zonas más comprometidas. Este es
un primer indicador muy importante de cara a la nueva campaña, agregó.
Costa también remarcó el impacto que tendrá el aumento de la superficie sembrada en la
economía nacional: El área sembrada entre los dos cultivos es un récord para
nuestra serie histórica. En términos de área, se está en un muy buen nivel, y
eso naturalmente aporta a la economía, indicó.
Según explicó, el volumen total producido será de 25,6 millones de toneladas, un 8%
más que en 2024/25, lo que implica más movimiento físico de granos, mayor demanda de
logística, camiones e insumos, y una cadena que se activa desde el campo hasta el consumo
interno o la exportación.

Los números del trigo y la cebada
Además, el valor bruto de la producción (facturación total esperada por volúmenes y
precios) crecerá un 13% y se acercará a los US$6200 millones. Pero el dato más
relevante es el valor agregado, que refleja la ganancia que queda en el país una vez
descontados los costos. Ese monto se estima en US$4723 millones, un crecimiento del 31%
interanual. Es un aporta del PBI muy concreto que este año no lo tuvimos. El año
que viene quizás este sea el primer indicio de que el agro va a estar siendo uno de los
motores de crecimiento de la economía, destacó.
En relación a los precios internacionales, el economista advirtió que los valores del
trigo aún están por debajo del promedio de los últimos cinco años. Sin embargo,
registraron una leve recuperación: en abril se ubicaron un 3% por encima de diciembre
pasado, aunque siguen un 5% por debajo del promedio quinquenal y un 16% por debajo del
valor de diciembre de 2023.
Los precios están ahí. No son buenos, pero tampoco podemos decir que sean malos en
términos históricos, aclaró Costa. La diferencia, aseguró, está en los costos:
Cuando vemos la variación del precio de los principales insumos, la gran mayoría
tuvo una baja importante respecto al año pasado.
Entre los ejemplos, mencionó fuertes caídas interanuales en los precios de los
fertilizantes: la urea bajó un 24%, el glifosato un 29%, el fosfato diamónico (PDA) un
14% y el 2,4D un 19%. Esto, destacó, permitió una mejora en la relación
insumo-producto, es decir, cuántas toneladas de trigo se necesitan para comprar
determinada cantidad de insumos.
Hoy necesito menos trigo para comprar una tonelada de urea que el año pasado, e
incluso que el promedio de los últimos cinco años, explicó. Lo mismo ocurre con
otros fertilizantes como el fosfato diamónico, cuya relación cayó un 14% respecto a
2023.
El caso del 2,4D un herbicida, muestra valores similares al promedio de los últimos cinco
años, pero también por debajo del año anterior. En cuanto al gasoil la relación se
mantuvo casi igual a la de la campaña pasada. Entonces, aunque el precio del trigo
no sea espectacular, los costos bajaron. Y tenemos agua, resumió Costa.



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