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Pérdidas millonarias en la cadena textil
por la sequía
diarionorte.com
El impacto económico negativo para el sector algodonero, según un trabajo
hecho por la Asociación Argentina de Productores Algodoneros (AAPA), podría estar en el
orden de los 250 millones de dólares. Para un cultivo regional que demanda marcada mano
de obra, esta cifra es alta y complica la situación que viene con tres años de falta de
lluvias.
"Nuestras estimaciones indican que el impacto económico negativo para el área
considerada será de un total de unos 250 millones de dólares", señala la
asociación que preside Héctor Linke.
La falta de este ingreso para los productores algodoneros, además de afectar su
rentabilidad que atenta con la posibilidad de seguir sembrando, se verá reflejado
directamente en la economía de las localidades afectando gravemente el comercio y los
servicios de estas.
De acuerdo con el comportamiento del clima durante el resto del mes de marzo y abril, esta
situación podrá mejorarse o empeorar todavía aún más. El resto de la actividad
agrícola y ganadera también sufre la misma situación lo que profundiza la gravedad de
la misma.
Por todo lo expuesto, AAPA instó a los gobiernos provinciales y nacionales a que arbitren
las medidas necesarias para palear la profunda crisis que se avecina en el corto plazo.
La campaña 2022/23
La campaña algodonera 2022/23 arranco con muy escasas precipitaciones y muy desparejas en
las distintas zonas lo que hizo que se fuera sembrando muy justo de humedad para
aprovechar la fecha de siembra normal del cultivo.
De esta manera se fue completando la superficie total con un primer pulso de siembra a
fines de octubre que atravesaron bajones fuertes de temperatura y hasta heladas tardías
en algunas zonas al sur, luego se fueron dando pequeños golpes de siembra a mediados de
noviembre y algo más a finales del mismo mes para finalizar avanzado diciembre y hasta
enero con un porcentaje importante de la superficie total.
Con algunas escasas excepciones podemos decir que toda la siembra temprana es la que peor
llega al final del ciclo, lo de fin de noviembre también se encuentra muy por debajo de
lo normal y la siembra más tardía, dependiendo de las zonas, todavía tiene algo más de
potencial en caso de acompañar las lluvias el resto de marzo.
Superficie sembrada
En cuanto a la superficie total reportada en los distintos informes publicados, esta
Asociación opina que las hectáreas no solo son menos, sino que además hay un porcentaje
que se perdió por falta de lluvias y dependiendo de las zonas, algunas pasaron a
resembrarse con otro cultivo.
Los datos oficiales indican una superficie entre 430.000 y 460.000 hectáreas y de acuerdo
con información propia, la misma no llegaría a las 400.000 has, lo que daría una baja
con respecto a la campaña pasada de alrededor de un 20% menos aproximadamente y las
estimaciones en cuanto al rendimiento promedio de toda el área, si bien es clave lo que
ocurra en lo que resta del mes de marzo, también caería un 20% comparado a la última
campaña.
Esta estimación realizada en base a información directa de productores y chequeada con
algunos actores del resto de la cadena arrojaría, a hoy, una merma de un 33% de fibra
producida, es decir un faltante de alrededor de 100.000 toneladas, lo que impactaría
directamente en la situación económica de las localidades del interior de las provincias
algodoneras, además de poner en riesgo la continuidad de la actividad de muchos de
nuestros productores que vienen sufriendo tres años consecutivos de sequía sumados a
otros problemas ya conocidos como son la presencia de picudo del algodonero y las derivas
de productos herbicidas hormonales que limitan la producción cada año.
"Poner esta información disponible públicamente ayudará a que se pueda disponer de
medidas rápidas que atemperen la situación caótica para la región, considera la
asociación algodonera", cierran.



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