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EE.UU. busca vender soja a
Sudamérica y las aceiteras argentinas podrían beneficiarse
Paula Lugones
clarin.com
WASHINGTON.- La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins,
dijo este jueves en Washington que están en conversaciones con países de América del
Sur para ver la posibilidad de enviarles soja estadounidense que no puede vender a China
para que se procese en otros destinos, justo cuando la Argentina está cerrando un acuerdo
comercial integral que podría incluir esa alternativa.
La funcionaria se refirió a cómo Estados Unidos podría buscar aliviar el boicot que
China aplicó a la soja estadounidense en la guerra tarifaria que sostiene el gigante
asiático con el gobierno de Donald Trump.
Estados Unidos no solo está esperando llegar a un acuerdo relacionado con la soja
con China, dijo Rollins a los periodistas en la Casa Blanca, según la agencia Bloomberg.
"A largo plazo, estamos abriendo estos mercados para que no dependamos tanto de
países como China", agregó, sin nombrar las naciones que podrían asociarse con los
EE.UU.
Rollins dijo que habló este jueves con dos países que están interesados en
comprar", aunque no especificó qué países o qué productos comprarían.
En estos momentos Argentina está cerrando en Washington un acuerdo comercial que el
Gobierno viene negociando desde que Trump aplicó aranceles recíprocos de 10%, en su
política de equilibrar las balanzas comerciales con todo el mundo.
Se estima que el acuerdo, que se está llevando a cabo bajo estricta confidencialidad en
Washington, podría incluir una baja de aranceles para una amplia lista de productos, que
también podría alcanzar al acero y el aluminio que llegan a un 50% de impuestos.
El Gobierno mantiene el hermetismo sobre qué productos está negociando. Argentina es uno
de los principales industrializadores de soja del mundo. Hay fábricas de aceiteras
alrededor de Rosario, que tienen el doble de capacidad de lo que hoy procesan porque iban
creciendo en función del crecimiento de la soja de la Argentina y la producción se
estancó en los últimos 15 años. Es decir que hay mucha más capacidad aceitera que la
soja concreta que hay en Argentina. Por eso se viene comprando soja a Paraguay, pero no
alcanza.
Expertos en el área señalan que, si la Argentina firmara un acuerdo de ese tipo,
podría ser una especie de win-win, un arreglo donde ambos países ganen.
Porque Estados Unidos podría canalizar la soja que no le puede vender a China para que se
trabaje en las aceiteras argentinas y en lugar de ir como grano a China desde Estados
Unidos, se venda como harina o aceite desde Argentina. La duda es a quién se le
venderían esos productos más industrializados.
Si Estados Unidos hace una especie de contrato tercerizado que canalice su soja para que
se procese en Argentina y después ellos encuentran a quién le venden esa harina y ese
aceite, podría ser una buena jugada de agregado de valor.
Argentina tiene de 55 a 60 millones de toneladas de capacidad de procesamiento y ahora se
utiliza solo la mitad. Brasil, en cambio, no tiene capacidad ociosa, por lo que en
principio podría ser un negocio que aprovecharían las aceiteras argentinas.
Un acuerdo de este tipo, más allá de que incluya o no a la Argentina, sería una buena
noticia para los agricultores estadounidenses, que están en pie de guerra contra Trump
porque la guerra tarifaria, especialmente con China, perjudica la producción y venta de
sus productos.
Pero el enojo de los granjeros de EE.UU. alcanza también a la Argentina porque el sector
además ha protestado contra el paquete de ayuda que anunció el Tesoro de Estados Unidos,
por US$20.000 dólares que podrían extenderse a 40.000 millones, según dijo Bessent.
Agricultores, demócratas y algunos republicanos cuestionan por qué Estados Unidos
compromete miles de millones para impulsar la economía de un país extranjero,
especialmente cuando los agricultores estadounidenses de soja están sufriendo y necesitan
ayuda. El campo es un sector que votó mayoritariamente por el republicano.
Según la Asociación Americana de Soja, China es el mayor comprador de soja de EE.UU. y
le ha comprado más del 50 por ciento de las exportaciones estadounidenses del producto en
2023 y 2024. Mientras agricultores estadounidenses temen quiebras y ejecuciones
hipotecarias debido a sus pérdidas, los agricultores de Argentina y Brasil están
suministrando cada vez más soja a los mercados chinos.


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