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Se reaviva el enojo del agro por
el Puerto de Quequén: ¿En qué quedó? En el peor de los capítulos
Ezequiel Morales
infocampo.com.ar
En agosto del año pasado, una larga lista de entidades rurales ligadas a la
producción que requiere los puertos del sur bonaerense había levantado la voz en reclamo
de la falta de definición de esos días acerca del fin de la concesión del Puerto de
Quequén.
La terminal es, junto a la de Bahía Blanca, la entrada y salida más efectiva para buques
graneleros en esa zona de la Provincia. Por eso, productores de al menos 16 partidos
bonaerenses habían firmado un duro comunicado en el que dejaban entrever ciertas
sospechas sobre una renovada Junta Provincial de Granos provincial.
El comunicado de las rurales de base sirvió para marcarle la cancha a entidades de rango
superior en la representación gremial del campo, y efectivamente lo fue, ya que las
adhesiones habían llegado desde Ayacucho, Mar Chiquita, General Guido, General Madariaga,
Lobería, Mar del Plata, Benito Juárez, Balcarce, General Alvarado, Tandil, González
Chaves, Maipú, Necochea, Rauch, General Lavalle y San Cayetano.
Y la comunicación tuvo un rápido efecto entre empresarios y dirigentes de la
agroindustria. Promesas incumplidas, dilaciones y tentativos llamados a licitación
que nunca se concretan, fue la acusación de José Martins, presidente de la Bolsa
de Cereales de Buenos Aires y del Consejo Agroindustrial Argentino.
Nos pone frente a la obligación de no poder ofrecer servicios de elevación para la
auspiciosa cosecha fina, acotó por esos días.
El gobernador de la Provincia, Axel Kicillof, salió rápidamente a responder y buscó
desestimar la veracidad de los rumores: Están agitando fantasmas.
Ahí hay un elevador de granos y se está venciendo la concesión. Y la verdad es
que los puertos tienen una manera de funcionamiento que es a través de una articulación
de consorcios entre lo público y lo privado, en realidad más privado que público,
evaluó en una entrevista radial.
Sobre el cierre del año la gobernación recibió en La Plata a la Confederación de
Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), entidad nucleada en CRA y que
había replicado la bronca de los productores sobre el tema. El encuentro, sin Kicillof,
se llevó a cabo en diciembre y desde la entidad presidida por Ignacio Kovarsky
calificaron que fue en muy buenos términos.
Pero Quequén, sin embargo, se mantenía como un punto sin conciliación entre las partes.
La Provincia le informó a Carbap que no habría más prórrogas y que se
estaba armando el nuevo pliego licitatorio.
En un reciente mano a mano con Infocampo, Kovarsky volvió a hacer mención sobre el tema.
Y fue directo. ¿En qué quedó? En el peor de los capítulos, resumió.
-¿Por qué?
-Porque la tasa portuaria se aprobó y porque la discusión del pliego licitatorio se
prorrogó un año, pero no hemos tenido más certezas. La verdad es que de parte de la
presidencia del Puerto no hemos tenido certidumbres acerca de cómo se va discutir ni
cuándo. Las reuniones se posponen.
-¿Y cómo seguirá?
-Hoy lamentablemente, en vez de ser una opción de crecimiento para la Argentina, está
siendo manejado de manera política y no de la mejor manera. Lo hemos discutido,
personalmente quedé en volver a discutirlo con el Ejecutivo de la Provincia de que había
contenidos (NdR: de ese pliego) que a nosotros nos parecen sumamente alarmantes, y los
volcamos en la reunión de fin de año pasado. Dijimos que este año lo vamos a discutir
mejor para que ese pliego sí sea lo más inocuo posible para la producción. Porque, así
como estaba no era para nosotros un pliego de validez.
-¿En el plano político y la relación con las distintas fuerzas, como se van dando los
relacionamientos con el agro?
-Hay mucho en discusión: a nivel nacional sigue pendiente la discusión de retenciones y
hay varios proyectos que se empiezan a analizar. El problema es que mientras la política
tiene sus tiempos y sus candidatos y demás, nosotros tenemos proyectos guardados como el
de fitosanitarios, como el de caminos provinciales para volver a debatir la 13.010 (NdR:
Ley provincial que establece los parámetros del Impuesto Inmobiliario Rural), la quita de
complementarios; hay muchas cosas guardadas que en un año como este todo cuesta más
porque están discutiendo otra cosa.
-¿Por ejemplo?
Están discutiendo quién es candidato, quién reelige o no, quién va de cabeza
lista y todos los partidos están atomizados. Antes, los partidos que eran centenarios,
que eran partidos estancos, hoy hablan todos con todos y nadie descarta juntarse con
nadie. Entonces, nosotros lo que sí estamos aportando es que en Buenos Aires y La Pampa,
Carbap tiene que ser la pata de agro que les cuente a cada uno de los candidatos, sea de
color que sea, cuál es la realidad que estamos viendo.
-¿Cuáles son las prioridades?
-Infraestructura, por supuesto. Educación y salud agropecuaria de los pueblos del
interior, porque hay una faltante grande.
¿Esa atomización de la política también implica una menor capacidad de acción
de esos actores políticos?
Lo que te empieza a pasar que tal vez vos contabas con candidatos que supuestamente
tenían una línea política, y luego se terminan fraccionando en las cámaras y después
votan otra cosa. Hay una rediscusión de las instituciones políticas, no estoy hablando
de la Justicia, que igual deberíamos discutirlo porque eso no se debería tocar: es
fundamental porque si no tenemos justicia no tenemos nada.
-Sobre la intención del Gobierno Nacional de postular a Ariel Lijo como ministro de la
Corte, ya se habían manifestado en contra. ¿Qué entienden para el caso de Manuel
García Mansilla?
-Similar, porque los procesos en los cuales fue nombrado también
hay que imaginarse
a las empresas que quieren venir a la Argentina, que si no tienen seguridad jurídica, de
que se vayan a cumplir contratos y demás, es difícil que todo eso se desarrolle. Por
eso, uniendo a lo anterior, uno plantea una propuesta con un bloque que te dice
tengo tanta gente, y luego ese bloque se parte y finalmente no tiene los
votos. Por eso es que el mensaje tiene que ser claro: para Buenos Aires y La Pampa Carbap
debe mostrar las necesidades del Interior. Y no es lo mismo lo que te puede contar un
actor político, con sus intereses, a un dirigente de armado, que lo que le puede contar
la gente que no estamos con ganas de ocupar un lugar hoy en la banca, en una silla, sino
que queremos que el desarrollo del Interior se produzca.
-¿Y qué te parece la nueva composición de la Mesa de Enlace nacional, ahora con Andrea
Sarnari y Lucas Magnano? El año pasado marcabas discrepancias en la metodología y
señalabas cierta falta de organicidad.
-Por lo menos se juntan más seguido. Yo entiendo que en la medida que se genere confianza
para discutir las cosas, se llega a discusiones mucho más sinceras. Hay un compromiso de
parte de la Mesa para juntarse con el ministro de Economía cada 45 días. Eso lo va a
llevar a discutir necesariamente las posiciones e intereses.
-¿Qué les transmitiste?
-En Expoagro por ejemplo me crucé con Lucas Magnano (NdR: Presidente de Coninagro) y le
pedí que discutan a fondo, que cierren la puerta y que se pongan de acuerdo, porque los
productores lo que necesitan es que se le solucionen los problemas. En Carbap, dentro de
CRA lo que abogamos es por eso, a que haya mejor dinamismo, mejor funcionamiento y lo que
haya que discutir, que se discuta a puertas cerradas. Que hagan una Mesa de Enlace que de
verdad represente a los productores con el peso que se supone que tenemos en la Argentina.



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